Protege al perro de las garrapatas
temporada de garrapatas
¿Cuándo tienes que tener cuidado como dueño de un perro? Cualquiera que piense que ya no tiene que preocuparse por las garrapatas desde el comienzo del otoño está equivocado.
Cuando comienza la primavera y una garrapata chupa sangre con éxito, se marchita en el verano y va en busca de otro huésped hasta el otoño.
Si no se encuentra a nadie, la garrapata aún puede sobrevivir al invierno en nuestro clima y comenzar otro intento la próxima primavera. Si ella todavía no ha encontrado un host el próximo otoño, la señal muere.
Especialmente si los meses de otoño todavía son muy leves (como es el caso actualmente), los parásitos aprovechan cualquier oportunidad de presa. Y no lo olvides, la nueva generación ya está en los bloques iniciales.
La evolución de las poblaciones de garrapatas varía cada año, ya que dependen en gran medida de las condiciones climáticas. A veces, especialmente al comienzo del otoño, se puede detectar una mayor actividad de las garrapatas.
Esto significa que desde alrededor de marzo hasta el final del otoño, los dueños de perros siempre deben buscar garrapatas después de las caminatas. Cómo hacer eso y más para seguir a continuación.
Busca el perro
La inspección regular asegura que no haya garrapatas atrapadas en el perro. La prevención es la mejor cura, así que siempre esté alerta.
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Pero también existe la esperanza de una eliminación más eficiente y sostenible de poblaciones enteras: las garrapatas tienen enemigos naturales. Algunas especies de aves se alimentan de garrapatas, y en Sudáfrica se han detectado tortugas pequeñas que liberan rinocerontes de las plagas.
Pero lo mejor de todo es que hay tres tipos muy diferentes de parásitos nativos de nuestras latitudes que pueden poner fin a los tics que merecen. El pequeño mirlo Ixodiphagus hookeri pone sus huevos exclusivamente en garrapatas. Las larvas que salen del cascarón comen a sus anfitriones desde adentro. Además, los gusanos redondos (Steinernema carpocapsae) pueden infectar garrapatas y liberar bacterias mortales en su organismo. Y hay hongos (Metarhizium anisopliae), que penetran principalmente en las ninfas, se extienden allí y conducen a su muerte.
La infestación del parásito letal en realidad parece lo suficientemente mala como para vengar el horror espeluznante y el picor irracional que las garrapatas que chupan la sangre nos dan los mamíferos.
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